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Todos conocemos la desagradable avispa chaqueta amarilla.
Estamos en el momento preciso, entre septiembre y noviembre, para atrapar a las avispas reinas que salen a buscar un lugar para hacer sus nidos.
Esta es una especie invasora que está haciendo un daño enorme a nuestras abejas y agricultura.
¡Cada una puede matar 50 abejas de miel al día! ¡Y destruye sus colmenas!
¡¡Estamos a tiempo de atrapar a las abejas reina!!
Todos los años el Ministerio de Agricultura lanza una campaña con el objetivo de controlar la población de avispas chaqueta amarilla a nivel nacional, disminuyendo así los nocivos efectos que este insecto genera tanto en la agricultura como las actividades que se realizan al aire libre.
Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) diseñó un plan que contempla la confección e instalación de trampas artesanales, que permitan atrapar tanto a reinas como a obreras.
Entre abril y mayo: cuando las reinas fecundadas salen del nido en busca de un lugar bajo cortezas y madrigueras para hibernar.
Entre septiembre y noviembre: cuando las reinas salen de hibernación e inician su actividad a mediados de septiembre, para construir su nido bajo tierra.
Abrir 3 huecos de 2 centímetros en la zona superior del envase desechable. Estos orificios deben estar opuestos entre sí.
Verter en su interior 100 cc de agua y mezcla con 100 cc de vinagre de manzana, en el interior de la botella.
Llenar 1/5 de la botella.
Colocar una trampa cada 50 metros, en un lugar que sea elevado para que los niños no la alcancen y que esté resguardado del viento.
De esta forma, cuando la reina detecta el olor de esta mezcla, ingresa a la trampa y queda allí atrapada.
El reemplazo del vinagre de manzana y del agua es semanal.
Para atrapar avispas obreras utiliza la misma trampa, pero coloca como cebo en su interior un trozo de 2×2 cm de carne con grasa o un trozo de pollo o de vienesa o de longaniza. Cuelga la botella a unos 2m. de altura en un lugar con sombra.
Reemplaza el cebo cada 3 días.
La avispa chaqueta amarilla o Véspula germánica es una especie invasora. Es originaria del norte de Europa e ingresó hace unos 100 años a los Estados Unidos. Prefiere los bosques fríos y se mueve a lo largo de las cadenas montañosas.
Se introdujo a Chile en 1968, extendiéndose rápidamente hacia el sur del país, no encontrando barreras que puedan frenar su avance.
La chaqueta amarilla tiene una dieta muy amplia, que cambia a lo largo del año según los requerimientos. En épocas de bajas temperaturas, prefiere los hidratos de carbono, que obtiene del néctar, la miel y las frutas maduras.
Al fin del verano, necesita consumir proteínas que obtiene de cazar otros insectos, como moscas y mosquitos y también carroña.
No es agresiva con los seres humanos, salvo que sea molestada. Si se posan cerca de uno, no conviene espantarlas de un manotazo, porque en ese momento sí pueden atacar.
Las chaquetas amarillas no pierden el aguijón en el momento de picar, por lo que una misma avispa puede atacar varias veces. También pueden morder, pues poseen un aparato masticador compuesto de mandíbulas con poder triturador.
La mordedura no es peligrosa, lo peligroso es la picadura. Esta avispa tiene un veneno con una alta carga de antígenos, que estimulan la producción de anticuerpos. El veneno en sí no causa daño, sino la reacción del sistema inmune.
¡Cada uno de sus nidos puede albergar hasta 20.000 avispas obreras!
Y puede generar entre 175 a 200 reinas. Cada una podrá convertirse en una colmena. Esta es otra razón para que acabemos con las reinas en el momento en que están más vulnerables y evitar la formación de nuevos nidos.
Lo anterior es importante, considerando que se nos hará imposible acabar con la gran cantidad de avispas obreras que salen de los nidos.
¡Cada una puede cazar hasta 50 abejas diarias!
¿Cómo es su método para cazar? Consiste en esperar que las abejas regresen con el polen, ya que en ese momento son más lentas y torpes. Además, también atacan sus colmenas. Esto causa que las abejas se sientan amenazadas y dejen de polinizar. Incluso, la reina deja de colocar huevos, debilitándose la colmena entera.
Según los expertos, esta avispa es uno de los mayores problemas para la fauna nativa de insectos en Chile. Se ha informado que en el mes de enero, en 24 horas una avispa obrera puede depredar entre 60 y 100 ejemplares de mariposas (larvas, pupas y adultos)
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